Esencia, dictador que diga director, amigo, compañero, gran persona,... me paro a pensar y no sé cómo darle las gracias por hacer que mi afición de escuchar coplillas de Cádiz se convirtiese en cargar con la guitarra al hombro, ensayos y subirme a unas tablas además de conocer a tanta gente con la que ahora puedo tomarme una copa (¿sólo una?). Subirme a un escenario sin él es notar vacío. Espero que durante muchos años nos una tanto el carnaval como la amistad que tenemos.
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